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Monasterio Cisterciense Santa María la Real de Villamayor de los Montes -Burgos, España-

FORMACIÓN INICIAL Y PERMANENTE

Incluimos en esta sección lo referente a NUESTRA FORMACIÓN ESPIRITUAL:

-FORMACIÓN-

 Esta es una palabra importante, contenida en la meta de nuestra vida:

CON-FORMACIÓN

 Para aquellos que no estéis familiarizados con nuestro vocabulario monástico, os aclaramos que la RB y nuestras Constituciones- reguladoras de la instrucción que debemos recibir del patrimonio heredado de NP Fundadores-, van encaminadas a hacer de nosotras ‘otros cristos’, a eso le llamamos «Conformación con Cristo».

 En el momento inicial, lógicamente, se hace un esfuerzo ‘extra’ para ayudar a las aspirantes y novicias a ir aterrizando en la vida monástica. Venimos de ambientes dispares, totalmente ajenos al modo de vida que se nos va a proponer en el monasterio. Lo que se trata desde el principio es de ‘fundamentar’, en una base sólida, nuestra respuesta personal al Don recibido, a saber, seguir a Cristo en la intimidad.

 «Nadie puede poner otro cimiento que el ya puesto, Jesucristo», nos dice san Pablo (1 Co 3,11), por eso desde el principio se va a ‘fundamentar’ la gracia personal de cada, por una comunicación ininterrumpida de aspectos esenciales vividos por Cristo. Las dimensiones de la vida de Cristo más afines a nuestro carisma contemplativo son su oración íntima con el Padre, el culto comunitario, el trabajo sencillo, la profundización en su vida.
Según nos dejó regulado san Benito, postulantes y novicias tienen asignada la tarea de vivir en el noviciado donde reflexionan, comen y duermen, además de acompañarlas una persona madurada en esta vida, cuya presencia y palabra les sirva de orientación.

Pasamos a concretar cada etapa, aunque sea brevemente:

FORMACIÓN DEL NOVICIADO

Tras la toma de hábito se inicia la etapa del noviciado.

Ya se constata una iniciación en la oración monástica, en la lectio divina, en la vida litúrgica, en el trabajo; a partir de la toma de hábito se añade una instrucción sobre Jesucristo más sistematizada y trasladada a nuestras coordenadas cistercienses.

Este estudio comprende en su temario:
La Regla de san Benito (RB); nuestras Constituciones; la profundización en el Carisma cisterciense como clave de lectura de documentos del Magisterio que nos atañen más directamente como consagradas. Temas propiamente cistercienses se desarrollan junto a otras materias como la Liturgia de la Iglesia; los Sacramentos- concretamente la Eucaristía-; los Votos en la vida religiosa; Sagrada Escritura- a los escritos paulinos se les dedica una atención especial-; el Magisterio de la Iglesia; el Misterio de la Iglesia; el Misterio Pascual, etc.

En dos años se concluye este primer acercamiento. Estos cursillos de novicias son de importancia vital, por ello considerados obligatorios. Evidentemente su estudio y desarrollo serán acordes con las capacidades de cada novicia.

El hecho de que estos cursillos transcurran en un monasterio de nuestra Congregación, donde se concentra al grupo de novicias, prueba el cuidado por facilitar la integración de los conocimientos impartidos en la propia vida. Los profesores son monjes cistercienses.

 FORMACIÓN DEL MONASTICADO

Pasamos a una segunda etapa, la de las profesas de votos temporales y jóvenes profesas de votos solemnes.
La formación es de nivel académico. Su participación es aconsejada y la conveniencia del estudio y entrega de los trabajos se discierne con las formadoras, atendiendo- como siempre- a las necesidades y capacidad personal y comunitaria.

El abanico de asignaturas es muy amplio, abarcando el estudio de temas de Sagrada Escritura; Espiritualidad y escritos cistercienses; Eclesiología; Cristología; Sacramentología; Patrología; Fenomenología de las religiones; Filosofía; Mariología; Antropología; Metafísica; Derecho canónico…

Se imparte a lo largo de cinco años y medio, pero la experiencia nos dice que su estudio sirve de base para lo que será el despuntar de la siguiente etapa formativa, la que llamamos "formación permanente".

Los estudios del monasticado para jóvenes profesas se realizan en comunión entre los monasterios de nuestra Congregación Cisterciense de san Bernardo (ccsb) y los monasterios de la Orden Cisterciense de la estrecha observancia (ocso)

El contexto donde se imparten sigue siendo el monástico, con la riqueza de que habiendo gozado de la oportunidad de compartir con los monasterios de la Congregación durante el noviciado, puedes a continuación entrar en contacto y conocer otros monasterios de la ocso. El profesorado mayoritariamente está formado por monjes; en algunos casos se recurre a profesionales. Se cuenta con la ayuda y asesoramiento de la Facultad de Teología de San Dámaso (Madrid), gracias a la filiación que tenemos con ella.

FOMACIÓN PERMANENTE

La etapa siguiente madura con nosotras a lo largo de toda nuestra vida monástica y la llamamos formación permanente.
Se llega habiendo recibido herramientas suficientes para exprimir al máximo nuestra perenne realidad ‘discipular’. Vamos a ser siempre discípulas en esta Escuela del servicio divino o Escuela de la caridad- tal como llamamos a nuestros monasterios en la tradición cisterciense-.

«La continua conversión a la vida monástica ofrece los medios para el crecimiento personal y comunitario, a través de la práctica diaria de las observancias monásticas y la solicitud pastoral de la Abadesa y sus colaboradoras» (Ratio Institutionis nº6)

Esto se implementa con el estudio, sin prisa pero sin pausa, al que cada hermana se dedica a los largo de toda su vida, perseverando en el monasterio.

«Profundo y ardiente deseo», así se traduce el término latino «studium» de configurarse con Cristo en una dimensión de su misterio.

 Primero Cristo, que sea Cristo quien reviva en nosotras, hasta el punto de convertirnos para toda la Iglesia en testigo de esa dimensión: la contemplación.

Con toda razón nuestra vida se sintetiza en el ORA ET LABORA ET STUDIUM

Dentro del plan de formación se suceden cursos orientados a las novicias, seguidos de una mayor profundización en la etapa de juniorado, prosiguiendo con estudios que se nos encomiendan en Comunidad, que posteriormente exponemos a las hermanas para un enriquecimiento mútuo.

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