Monasterio Cisterciense Santa María la Real de Villamayor de los Montes -Burgos, España-
Vida Cisterciense
Una hermana guía la visita
Fin de semana y festivos de 11:00h a 13:00h y de 16:15h a 17:45hEntre semana acompañamos grupos
con cita previa llamando al 947189001
Publicado el jueves, 08 de noviembre de 2018
Autor Verónica e Hilaria
Formadoras y estudiantes en un día cultural por Toledo
Dos de nuestras hermanas del noviciado han empezado una primera etapa del plan de formación para novicias, organizado conjuntamente por nuestra Congregación y la ocso (orden cisterciense). Para ello se desplazaron al Monasterio asistencial, en Toledo. Allí conviven con hermanas de otras comunidades que están en un periodo de formación inicial.
Comparten con vosotros algo de lo que están viviendo, fruto de su estancia en Monte Sión, que así es como se llama dicho Monasterio.
Hola, la paz, soy Hilaria tengo 22 años, con un año y nueve meses en el monasterio.
Primeramente doy gracias a Dios por estos meses que llevo de postulantado.
Tras este tiempo de vida en el monasterio, puedo comunicarles mi experiencia:
He experimentado una nueva vida en el “Internoviciado”, ha sido una experiencia nueva, diferente, donde me encontré con hermanas con nuestro mismo Carisma Cisterciense, pero con distinto modo de vivir la misma vida monástica. Sí es cierto que buscamos un mismo y único Dios, un Dios que actúa e intercede por todas.
En lo personal me ha gustado, porque esos dos meses de formación, han sido como un seguimiento hacia Cristo. Experimenté un cambio en mi vida al ver que los planes de Dios son muy distintos a los míos. Dios ha cambiado mi mentalidad, viendo mi historia como una bendición de Él mismo, porque es Él el que lleva mi historia e intercede en cada momento por mí. Sé que no es fácil seguir los caminos de Dios, pero sé que ÉL se ha manifestado y se manifiesta en el día a día, para mi crecimiento espiritual.
Rezad por mí
Por su parte Verónica añade lo que sigue....
“El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres” (Salmo 125)
Estar en el curso de formación en Monte Sión, ha sido para mí una experiencia inolvidable, no solo por el hecho de aprender nuevas cosas, si no también por la riqueza de convivir durante dos meses con las novicias y postulantes de nuestra congregación. Nuestra jornada monástica no hizo que me separara espiritualmente de mi comunidad, al contrario aumentó mi deseo de seguir cada vez más a Cristo.
¡Ya estoy de nuevo en casa!, muy contenta y animada, reforzando y deseando vivir cada día todo lo que he recibido, con un corazón agradecido a Dios, a mi comunidad y formadoras por su paciencia y enseñanza en cada momento.
Sólo le pido a Dios que cuanto he recibido no caiga en saco roto, sino que dé muchos frutos de santidad a su tiempo.
Verónica Romero
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