Monasterio Cisterciense Santa María la Real de Villamayor de los Montes -Burgos, España-
Vida Cisterciense
Una hermana guía la visita
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Publicado el lunes, 06 de junio de 2011
Alégrate comunidad de Las Huelgas, porque has hallado Gracia delante de tu Señor (Lc 1,28), ¡que Él te bendiga siempre porque has acogido en tu seno a las hijas de Jerusalén! Con estas bellas palabras queremos compartir con vosotros la experiencia que hemos vivido en el cursillo de formación Mayo-Junio 2011, las novicias de esta santa casa de villamayor de los Montes: hermana Elena, hermana Marta y vuestra servidora hermana María luz.
El día 16 de Mayo vísperas de la celebración de nuestra patrona la virgen de Nava y cumpleaños de nuestra madre Ana, partimos hacia el monasterio de Huelgas, donde nos encontramos con toda la comunidad y con nuestras compañeras, que llegamos a formar un grupo numeroso de 19 novicias venidas de diversos puntos de España. Del monasterio de Tulebras: hermana Estela (Mexicana), del Mont. De Ávila: hermana Rita (India), del Mont. De Granada: hermana María Isabel (Española), del Mont. De Vico: hermana María Teresa (Española), del Mont. De Benaguacil: hermana Guadalupe Vivancos (Española), del Mont. De Benavente: hermanas Kathy, Sandra y Carolina (Colombianas), del Mont. De San Clemente de Toledo: nuestras hermanas María José, Brígida y Fátima (Salvadoreñas), del Mont. De San Clemente de Sevilla: hermana Carmen (Española), del Mont. De Lurín: hermana Doris (Peruana), nuestras anfitrionas: hermanas Mary Carmen, Begoña (Españolas), Carmen Rosa (Peruana) y finalmente nuestras invitadas especiales que nos acompañaron con su grata presencia, nuestras hermanas Magdalena, Luz y Guadalupe del Mont. De Lurín, Perú.
Después de haber recibido la calurosa bienvenida de la comunidad iniciamos el curso con una eucaristía de acción de gracias al Señor por su infinita bondad.
A continuación recibimos a nuestra primera profesora y hermana, Olga, monja del monasterio de Benavente, que nos introdujo en el tema del monacato primitivo, su entusiasmo nos motivó mucho, ella con su sencillez y formalidad nos expresó los orígenes y tradiciones de nuestra historia espiritual, haciendo énfasis en hombres y mujeres que llegaron a ser Padres, Madres y maestros que protagonizaron el arquetipo del monje cristiano que nos define hoy en día. Fueron personas que en lo más profundo de su ser tenían deseos profundos de comunión con alguien superior, con alguien que lo trasciende todo, con aquel que se encarnó del seno virginal de María, “Jesús”, y se lanzaron a su encuentro en medio del desierto.
Todo cristiano ha nacido del Misterio Pascual de Jesús, así comenzamos el segundo tema que nos fue dado por el inigualable y apreciado Padre Gerardo del monasterio de San Isidro de Dueñas. En estos cuatro días intensivos aprendimos que el año de Gracia del Señor, está cargado de un amor extraordinario que viene de un Dios enamorado por nosotros que entra en la historia (Gn 12, 1-3), entra en nuestra historia personal para salvarnos, esta experiencia la podemos vivir todos los días en la celebración de la eucaristía prolongada en la liturgia donde prestamos al Kyrios, nuestra voz para decirle gracias al Padre en el Espíritu Santo por su maravillosa y misteriosa obra con la creación entera. En el último día de estas clases, fuimos interrumpidos por la llegada de nuestra virgen Madre “Sedes Sapientiae”, una verdadera sorpresa para todas y que nos dio mucha ilusión saber que siempre nos acompaña y está presente en nuestro camino, allí nos pusimos todas como hijas bajo sus pies y colocando también nuestros estudios en sus manos, pues ¿quién conoce mejor a Cristo si no es María su madre, quien le llevo nueve meses en su vientre y estuvo con Él toda su vida hasta la eternidad?
Luego recibimos a nuestra hermana Mary Carmen del monasterio de la Palma, que con su sabiduría y paciencia nos preparó efusivamente para hacer una breve lectura histórica de la orden cisterciense. Abrimos el libro que permanece hasta hoy, pudimos ver como nuestra vida monástica fue organizándose, creciendo y expandiéndose poco a poco. Conocimos muchos monasterios fundados en todo el mundo, innumerables monjes y monjas comenzaron a llevar el buen olor de Cristo, y a lo largo de los años llegaron a pasar por muchas vicisitudes, guerras, persecuciones pero por la Gracia del Señor permanecen activas las alabanzas que comenzaron a resonar hace siglos atrás.
Seguidamente sin salirnos mucho del contexto, entramos en el tema de la espiritualidad cisterciense, el protagonista de este tema fue el Espíritu Santo, que infundió en el interior su carisma a tres monjes que decidieron en un punto concreto de la historia buscar a Dios, viviendo auténticamente y genuinamente la Regla de nuestro Padre San Benito. Fueron tres rebeldes que con su ejemplo y santidad nos han trasmitido a largo de los siglos valores como la soledad-el silencio-la obediencia-la pobreza-la castidad-la fraternidad en la estabilidad de un lugar concreto, experiencia que difícilmente se puede explicar si no vive en la gracia del Señor, nos lo subrayó mucho nuestro hermano Antonio María, que vino expresamente del monasterio de San Isidro de Dueñas, para trasmitirnos uno de los tesoros más preciados por todos los monjes y monjas de la orden.
Y como no nos faltaban sorpresas, salimos una tarde de paseo al monasterio de San Bernardo, donde nos encontramos con nuestras hermanas bernardas, compartimos en el recreo comunitario, recorrimos el monasterio, rezamos vísperas y cenamos pasando todas juntas una tarde muy agradable. De regreso a las Huelgas nos encontramos con la tradicional noche blanca, donde muchas personas fueron a recorrer el monasterio, mientras que nosotras descansábamos, pues al día siguiente nos invitaron a un concierto por el grupo de voces de la fundación Orange, patrocinado por el patrimonio nacional.
Y como todo lo bueno dura poco, todas las novicias ya estábamos preparadas para regresar a nuestras casas, no sin antes despedirnos de la comunidad de las Huelgas, agradecidas por su acogida y por todo el bien que nos hicieron en tan solo quince días de formación por eso con mucha ilusión les preparamos cantos, regalos y danzas terminando la tarde con una merienda cena, y por último y no menos importante despedimos a las hermanas que culminaron el ciclo de dos años de curso, a nuestras hermanas Carmen de Sevilla, María José de Toledo, Mary Carmen de Huelgas, Elena y María Luz de Villamayor de los Montes.
Sin más que decir más que desearles la Paz de Cristo Resucitado en la ansiosa venida de su Santo Espíritu,
hermana María Luz de Jesús.
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