Monasterio Cisterciense Santa María la Real de Villamayor de los Montes -Burgos, España-
Vida Cisterciense
Una hermana guía la visita
Fin de semana y festivos de 11:00h a 13:00h y de 16:15h a 17:45hEntre semana acompañamos grupos
con cita previa llamando al 947189001
Marta (a la izquierda), posando en el claustro junto a Leonardi y Rocío.
Marta también nos aportó su paso por el Año jubilar de la Misericordia.
El tema que me toca es: la experiencia de la Misericordia del Padre sobre mí.
Creo sinceramente en el misterio de la misericordia del Padre, revelado en el sacrificio de Cristo en la cruz.
El Papa nos invita a las contemplativas a ser “expertas en misericordia divina a través de la vida comunitaria”. Experimento mucha dificultad en vivir en comunidad, y a la vez veo que es un campo de entrenamiento providencial para el corazón; es allí donde lucho, donde caigo y me levanto, donde hay derrotas y victorias. El Papa dice una gran verdad: “es poco realista no esperar conflictos”; malentendidos, cambio de planes, o cuando no hacen las cosas como yo las hubiera hecho…etc…pero a pesar de estas dificultades, es en mi vida comunitaria del día a día donde estoy llamada a crecer en la misericordia, la paciencia y la práctica de muchas virtudes, todas ellas para llegar a la caridad perfecta.
Creo que cuando soy asidua a la oración, cuando soy consciente de la presencia de Dios en mi vida, mi relación con las hermanas va mejor. Creo en Cristo y me apoyo en él como la Roca de la misericordia, porque Cristo me enseña, a través de la meditación de su Palabra, a ser sierva como ”él tomó forma de siervo y aprendió sufriendo a obedecer”.
Sé que Dios desea mi corazón por completo y esto significa que debo desprenderme y salir de mí misma cada vez más, obedecer al plan de Dios en todos los acontecimientos y personas, superiores, iguales e inferiores.
Cuántos consuelos he recibido de Dios en este Año de la Misericordia y por eso, quiero con todo mi corazón ser consuelo con mi vida, ser misericordiosa:
.-me estimula en los momentos de dolor, que los tengo
.-me despierta a la esperanza, a seguir adelante, a afrontar las situaciones que a veces son como un callejón sin salida.
.-confieso con humildad mi propia fragilidad pero a la vez lo vivo como una experiencia misericordiosa del Señor; ocasión de compartir con vosotras y de dar testimonio con gozo, de que a pesar de todo, me siento enamorada, me siento invadida por el Espíritu y contenta de mi vocación, que por misericordia de Dios y vuestra, vivo cada día para gloria de Dios y bien de la humanidad tan dolorida, así que la paciencia que experimento en vosotras es una lección para mi propia vida.
Gracias de verdad al Padre, al Hijo y al Espíritu. Gracias también a vosotras, mis hermanas de comunidad en marcha… Madre Marta
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