Monasterio Cisterciense Santa María la Real de Villamayor de los Montes -Burgos, España-
Vida Cisterciense
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«Buscando a Dios»
Nosotros como personas íntegras y maduras necesitamos ayudas para enfrentarnos a las exigencias de avanzar hacia Dios.
Este libro: «Buscando a Dios», es muy recomendable para todo tipo de personas- laica o consagrada- que deseen conocer a Dios.
Libro escrito por la inglesa Esther de Waal, mujer casada, madre de un hijo. Con su esposo se fue a Cambridge, a vivir en una casa que perteneció a una comunidad monástica medieval. Esto le llevó a interesarse por la tradición benedictina. Con su trabajo hace accesible el camino de san Benito a hombres y mujeres.
La Regla Benedictina no es un libro de normas ni de códigos, no dicta, indica un camino. Se trata de una obra creativa que combina la comprensión de lo esencial con una confiada flexibilidad a su aplicación práctica.
Lo hermoso de la RB son los tres votos: la estabilidad, el de fidelidad a la vida monástica y el de obediencia; estos tres votos tienen temas comunes, se apoyan mutuamente: ‘Si soy obediente soy fiel y así se realiza la estabilidad’.
El hombre y la mujer han de hallar su estabilidad en Dios, mantenerse firme en Dios. Todo el mundo necesita sentirse en casa, sentirse arraigado.
La estabilidad está dentro de nosotros; es una unificación interior del corazón, que se logra con la lucha por poner orden- porque si hay un desorden el corazón se divide-. El desorden lleva al cansancio y al agotamiento, luego el corazón queda dividido y salen las malas pasiones, la soberbia.
El buen orden y la estabilidad de la comunidad es un buen «medio»; «el fin» es que el individuo disponga de un espacio y de un tiempo para dedicarse al dialogo personal con Jesús.
En san Benito se descubre a un laico que escribe una guía para “su casa”:
- Como preparar la comida.
- Cuidar de los invitados (tratarlos como al mismo Cristo).
- Ganarse la vida.
- Preocuparse por la tierra y sus posesiones.
- Educar a los niños.
- Atender a los enfermos.
San Benito pretende una estructura y un orden (tanto exterior como interior), sobre la ajetreada vida, para que sea posible la oración.
Esta regla consiste en dejar que el Evangelio configure la propia la vida.
Les invito a ampliar más sus conocimientos leyendo este libro «Buscando a Dios», y encontrar respuesta a muchas de nuestras inquietudes cotidianas.
Sor Antonia
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