Monasterio Cisterciense Santa María la Real de Villamayor de los Montes -Burgos, España-
Vida Cisterciense
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Ponemos en vuestro conocimiento la obra de Dios en hombres y mujeres que contribuyeron a la consolidación de lo que hoy conocemos por carisma cisterciense.
¿Por qué nos puede interesar hacer mención de un papa romano del s. VI?
A este romano le debemos mucho, los que seguimos la Regla de san Benito de Nursia.
Él nos proporciona una de las dos fuentes escritas que nos permite un mayor conocimiento del padre del monacato occidental.
Gregorio (a.540-604), después de un largo periplo por diferentes cargos públicos, se dedicó a la vida monástica, fue ordenado diácono y nombrado legado pontificio en Constantinopla. Más adelante fue elegido papa, y ocupando dicho cargo no olvidó las raíces monásticas de su vocación.
Hizo objetivo de su pontificado la propagación y consolidación de la fe. Con ánimo de despertar el fervor de los cristianos de su tiempo, tomó a Benito de Nursia como modelo de santidad y referente para sus contemporáneos.
Aunque Benito (a. 480-547) no hacía tanto tiempo que había fallecido, ya era reconocido popularmente como santo. Gregorio atinó fijándose en la vida de san Benito. Indagó entre los que le habían conocido e incluso habían sido testigos de sus obras.
Partiendo de estos testimonios dedicó parte de sus DIÁLOGOS, a hablar de este padre del monacato.
A día de hoy- para conocer a Nuestro Padre san Benito- tenemos como puntos de partida la Regla de san Benito y el segundo libro de los Diálogos de san Gregorio Magno.
De su deseo de propagar y consolidar la fe, salimos multitud de generaciones beneficiadas.
¡Gracias Gregorio!
Celebramos su memoria el 3 de septiembre.
Más información en la web:
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