Monasterio Cisterciense Santa María la Real de Villamayor de los Montes -Burgos, España-
Vida Cisterciense
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Monje de Bélgica- discípulo de san Bernardo
Ponemos en vuestro conocimiento la obra de Dios en hombres y mujeres que contribuyeron a la consolidación de lo que hoy conocemos por carisma cisterciense.
Datos biográficos
Nace en Tournai (Bélgica). Se ignora la fecha de su nacimiento, quizá hacia 1070-1080. Estudió en la escuela de su ciudad. Guerrico ya era sacerdote en 1108, seguramente ejerció como canónigo en Tournai.
En 1121 se entrevistó con San Bernardo, y el mismo año entró en Claraval, como vocación ya tardía, a sus 40 o 50 años de edad. San Bernardo dice del novicio Guerrico en una de sus cartas: “Si deseáis noticias de vuestro Guerrico, y no me cabe la menor duda de que las deseáis, tened entendido que no corre a la ventura ni combate como quien azota el viento, sino que como él sabe muy bien que el éxito no depende ni del que combate ni del que corre, sino de Dios que usa de misericordia, por esto nos pide que roguemos por él, a fin de que aquel que le ha hecho la gracia de saber correr y combatir, le conceda también la de vencer y llegar a la meta” (Carta 90).
En Claraval estuvo 17 años, hasta que en 1130 fue nombrado segundo abad de Igny, fundado por Claraval en1127 a 30 kms de Reims.
Como parece sugerir el autor de la Vida de San Hugo: “Fue Bernardo quien atrajo a Guerrico a la vida monástica y…” hay que pensar que Bernardo le propuso como abad.
Guerrico, deseaba volver a Claraval, pero Bernardo se lo impedía. Pero aprovechando un viaje de éste a Italia, se despidió de sus monjes y se fue a Claraval. Bernardo le escribió primero una carta muy dura amenazándole con la excomunión y los castigos eternos del infierno (Carta 147). Pero al volver a Claraval y ver su avanzada edad y sus ganas de quedarse, se reconcilió con él. Guerrico vivió aún 10 años en Claraval.
Además de su incapacidad podía alegar su edad: unos 60 años. Pero su experiencia debió pesar más que sus achaques para ser juzgado idóneo. Su salud también andaba mal, de modo que no podía asistir al trabajo común, según él mismo testimonió en sus escritos.
Guerrico murió, según se cree, el 19 de agosto de 1157. Alos 600 años de su muerte (1787) sus restos fueron trasladados desde el antiguo claustro a la iglesia actual, donde aún se conservan.
Como apunte de su enseñanza os compartimos: La schola monástica
San Benito concibe su monasterio como una escuela, en la que Jesucristo es el Magister y el monje el discipulus que aprende el "servicio del Señor".
En esta línea, el monasterio cisterciense es también una escuela. Para ello, el recinto del monasterio se configura como un espacio espiritual ordenado a la escucha del Verbo encarnado.
La soledad del emplazamiento está en función de facilitar la apertura de los sentidos espirituales.
Se trata de una comunidad de hermanos, donde la soledad exterior se interioriza y se convierte en desierto interior del corazón que, fecundado porla Palabra, se vuelve, o se debiera volver, jardín y paraíso:
Es todo el tema del paradisus claustralis: del monasterio-paraíso, imagen arquitectónica de la Nueva Jerusalén, donde se forma el Hombre Nuevo: cuya forma prototípica es Cristo y cuya realización más acabada es vista por Guerrico en la figura de san Juan Bautista, ese tradicional arquetipo monástico que aquí es descrito mediante imágenes paradisíacas:
"¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? Si Juan habita en el desierto, no es en manera alguna caña del desierto, sino cedro del paraíso, columna del cielo, gloria del género humano, milagro del mundo. Por su virtud y mérito sobrepasa la medida de los hombres; por su condición es poco inferior a la naturaleza angélica"
De este modo, es toda la comunidad la que está llamada a ser paraíso, en cuyo centro mana la fuente original del Espíritu, alimentando a los hermanos a través de las diversas prácticas de la vida espiritual: lectio divina, oración, sacramentos... Por ellas, dice Guerrico, "como a través de otros tantos arroyos, la fuente de la Sabiduría que brota en medio del paraíso distribuye por las plazas sus aguas: 'yo, dice la Sabiduría, como acueducto salí del paraíso... regaré el huerto que he plantado y embriagaré el fruto que he hecho nacer'... el huerto que ha plantado es la comunidad de sus hijos (congregatio filiorum).
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