Monasterio Cisterciense Santa María la Real de Villamayor de los Montes -Burgos, España-
Vida Cisterciense
SUBIENDO A LA ALTURA LLEVÓ CAUTIVOS Y DIO DONES A LOS HOMBRES (EF 4,8)
Publicado el domingo, 01 de junio de 2014
DONDE NOS PRECEDE NUESTRA CABEZA, SABEMOS QUE LLEGARÁ NUESTRO CUERPO!!!
Solemnidad de la Ascensión de Jesucristo: Señor de cielo y tierra.
Nuestros hermanos, los cristianos ortodoxos, celebran unidas la Subida del Señor a los cielos y el descenso del Espíritu Santo:
Ascensión y Pentecostés.
¿Cómo concluye el evangelio de san Mateo?
«Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo». (Mt 28,20)
Parece, por tanto, lógica esta fusión de celebraciones, pues Jesús, el Cristo, lleva anunciándonos desde el día en que vivimos su Resurrección, que debe regresar al Padre, pero:
« ¡No tengáis miedo!; no se turbe vuestro corazón; no os dejaré huérfanos».
Nos lo repite continuamente- prácticamente cada día de Pascua-, porque nos deja en buenas manos:
En manos del Espíritu Santo.
Releer la cita de la carta de san Pablo a los Efesios que encabeza nuestra reflexión:
Los cautivos somos nosotros- todos los hombres-, ya liberados e introducidos en la vida de los testigos del Cristo vivo. Y nos da dones, los carismas que ha tenido a bien regalarnos en su Espíritu Santo.
Celebremos este día de Victoria, con la certeza de que «nos ha dejado su Paz», su Espíritu Santo.
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