Monasterio Cisterciense Santa María la Real de Villamayor de los Montes -Burgos, España-
Vida Cisterciense
¿Cómo celebramos el Santo Triduo Pascual?
Publicado el lunes, 19 de marzo de 2018
Autor Comunidad
Comenzando por el Domingo de Ramos
29-03-2018 La tarde del jueves santo está centrada en la celebración del MANDATO del Señor:
«Amaos los unos a los otros como yo os he amado».
Con un sencillo rito en nuestra Sala Capitular, madre Ana- abadesa de la comunidad- lava los pies a la mayor parte de las hermanas. Mientras las cantoras, acompañan el gesto con cantos apropiados, y otras hacen el servicio de portar la jofaina, el lebrillo con agua, y la toalla para secarlos, una vez lavados y besados. Leidos los capítulos 13 al 15 del evangelio según san Juan, nos vamos a la Capilla. Allí aguardamos, recogidas, el comienzo de la Eucaristía.
Actualizamos la Institución de la Eucaristía en el marco de esa Última cena que Jesús celebró con sus doce disípulos.
Después de la comunión, trasladamos a Jesús sacramentado al «Monumento» en la Iglesia, bellamente dispuesto por las hermanas sacristanas, ayudadas por otras hnas. del noviciado. Desde ese momento... ya no suenan las campanas, sino el estruendo de una 'matraca', para recordarnos el paso de las hor
as, en medio de la austeridad que vivimos unidas a Jesús: La traición de uno de los suyos, el rechazo de su pueblo... hasta sentir el abandono de su Padre.
Atrás quedan las palmas e himnos de victoria con los que el Domingo de Ramos, aclamamos la entrada triunfal de Jesús en el Jerusalén de nuestro templo conventual.
El descendimiento de Jesús y la entrega del cuerpo inerte, a su Madre
Continuamos el Viernes Santo, día alitúrgico, en los que en silencio, sin toque de campanas, nos reunimos a recibir la sagrada comunión, después de venerar la cruz, descalzas.
Nos concentramos en el claustro, para realizar el VIA CRUCIS. Una tarde ventosa, como acostumbra a ser todos los años, y nos vamos turnando como portadores de la cruz- entre las hermanas y los que asisten al acto-.
La más bella Semana Santa, será aquella en la que se eliminen algunos de los "pasos"
de las procesiones para esta Semana:
ya sea porque se claven menos espinas
al Cristo que convive con nosotras- en la hermana de comunidad-,
ya sea porque evitemos apuntalar a nadie con clavos,
o quizás porque no profiramos malas palabras a modo de salivazos de desprecio...
El Sábado Santo, el sagrario está vacío, nos encontramos con Jesús en el sacramento del madero,
hincado eniesto en un tocón de madera, en el centro de la capilla.
Pero ya las primeras horas de la tarde, andamos de preparativos de la Solemne Vigilia Pascual.
Últimos ensayos de las salmistas, y retoques de la ornamentación de la capilla.
Queremos que todo resplandezca ante la Luz del RESUCITADO.
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