Monasterio Cisterciense Santa María la Real de Villamayor de los Montes -Burgos, España-

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JÓVENES QUE LLEGARON- Septiembre 2013

TESTIMONIOS DE LAS HERMANAS DE BURUNDI Y UNA JOVEN EN EXPERIENCIA

FOTOLA COMUNIDAD LLENA DE GOZO CON LA LLEGADA DE ESTAS NUEVAS HERMANAS

LA COMUNIDAD LLENA DE GOZO CON LA LLEGADA DE ESTAS NUEVAS HERMANAS

A la llegada de sor Fides y sor Aurora a nuestra comunidad, providencialmente se unió la venida de María Isabel, joven venezolana, que acude a nuestro monasterio para hacer una experiencia de nuestra vida monástica.

Todas ellas  han accedido amablemente, a 'un compartir' con vosotros algo de los días aquí transcurridos entre nosotras.

FOTOTURNO DE MARÍA ISABEL PARA EXPRESAR UN POCO LO VIVIDO ENTRE NOSOTRAS

TURNO DE MARÍA ISABEL PARA EXPRESAR UN POCO LO VIVIDO ENTRE NOSOTRAS

Mª Isabel:

No puedo explicar con palabras lo que fue para mí esta experiencia en Burgos; pero podría empezar por lo que en definitiva no ha sido.

             No fue lo que esperaba, cuando llegué pensé que estaría siempre en silencio, todo el tiempo rezando o encerrada en la celda, un sin fin de cosas se me cruzaron en la cabeza y no sabía cómo reaccionar. Pensé que me sentiría sola, pero estaba equivocada, me sentí como en casa. Cada una de las hermanas con sus diferentes personalidades y sus particularidades me hicieron sentir realmente como la hermana pequeña “la más mimada”.

             Al principio los días se hicieron largos, pero poco a poco fui integrándome en la comunidad. No fue facil –lo admito- mi orgullo era bastante grande, pero como dijo una vez Rocío citando a San Juan de la Cruz: “donde no hay amor, pon amor y sacarás amor”, y así fue. Antes decía que para combatir el orgullo: la humildad; pero estaba equivocada, contra el orgullo: el amor; así pues mientras yo era orgullosa, mis hermanas eran amorosas y poco a poco fui cediendo, además soy bastante tímida, pero entre recreo y recreo comencé a hablar con más soltura.

             Las ocurrencias de Sor Presentación y Aránzazu, la dulzura de Sor Isabel y Anunciación, la sabiduría de la madre Ana y Sor Rocío, la compañía de las hermanas Marta, Fides, Aurormisa_2a y Elena, los cuidados de Sor Rosario y los ángeles de la casa: Encarnación y Soledad, han hecho de mi estadía en el Monasterio toda una aventura.

             Sin duda lo que mas me ha gustado de esta aventura ha sido compartir con mis hermanas: haciendo pastas en el obrador (que sin duda he probado de todo un poco de los dulce que se hacen allí); haciendo manualidades con Marta y en los recreo con todas. En fin: todo, todo me ha gustado de esta experiencia porque todo se hace en comunidad y nada sin la comunidad. También los tiempos de oración en los cuales pude hablar con el Señor y decirle las cosas que me afligían, y darle gracias por permitirme haber hecho esta experiencia. Me han ayudado y consolado durante mi estadía en el Monasterio.

 Puedo decir que todo fue una gracia de Dios y que me ha permitido conocer a estas hermanas para que me dé cuenta de la misericordia, el amor y la bondad que tiene Dios conmigo y con el mundo. Escoge un grupo de mujeres valientes y dispuestas para interceder por la humanidad ante el Señor, dan la vida por la humanidad y porque están enamoradas de Cristo, y con su día a día dan el firme testimonio de que Dios existe, y actúa en la experiencia de vida de cada una de ellas.

             Aprendí a rezar, a ser puntual y a estar al servicio del otro. Pero más que nada, aprendí la Caridad que está por encima de todo.

Sólo puedo decirle a las hermanas del Monasterio: ¡Gracias! ¡Por el bien que me han hecho y por el bien que le hacen a la humanidad!

Mª Isabel Pacheco

FOTOSOR FIDES Y SOR AURORA DELEITÁNDONOS CON UN CANTO EN KIRUNDI, SU LENGUA NATIVA

SOR FIDES Y SOR AURORA DELEITÁNDONOS CON UN CANTO EN KIRUNDI, SU LENGUA NATIVA

Nuestras hermanitas Fides y Aurora, ya están manos a la obra con el aprendizaje del español. Pero, evidentemente aún no pueden compartir en nuestro idioma. Así que optamos por mostraros el texto original en francés, y añadimos la traducción, para aquellos que necesiten su interpretación.

Hemos introducido un album de fotos al pie de la información. En él podéis ver algunas instantáneas de su llegada y un rato de recreación con la comunidad.

Soeur Marie Aurore:

Je suis Soeur Marie Aurore NTIBASHIRINZIGO de la communauté des Sœurs Adoratrices de la Sainte Trinité, de la paroisse de Buhoro, Archidiocèse de GITEGA Burundi; Au milieu du cœur de l’Afrique.

 Je porte 38 ans.

             Maintenant j’habite ici au Monastère Cisterciennes de Villamayor de Burgos, dans le pays Espagne; depuis le 19 septembre 2013, avec ma Sœur Marie Fides NDAYISENGA, nous partageons la même vie religieuse. Je suis venue pour faire l’expérience et étudier la vie des Sœurs Cisterciennes Pendant 4 ans. Après je tournerai dans mon Pays Burundi, avec ma Compagne.

             Jusqu'à maintenant j’admire comment la communauté m’a accueillie avec l’amour, vraiment fraternelle. Il y a des Sœurs plus âgées, plus joyeuse toujours même si ils sont malades. Et les plus jeunes ont les même plus joyeuses. Tous ils travaillent joyeusement avec la charité fraternelle. La Mère Abbesse de la communauté est plus jeune, encore joyeuse plus que la communauté. Et encore l’horaire des jours m’en plait.

             Alors moi, je suis comme un enfant dans la famille.

             Je suis contente, je suis heureuse…

             Mais il y a beaucoup de froid plus que dans mon pays. Avec Ça ne me fait rien parce que ici c’est temps d’hiver je crois et je le sais. Je vivrai comme ma communauté. Alors je voudrai vivre comme mes Sœurs et ma Mère de Cette communauté; pour que, quant je tournerai dans ma communauté de Burundi continuerai la vie fraternelle comme ici à Villamayor. Avec la grâce du Seigneur je trouverai ce que je désir.

 «Sans le Seigneur je ne peux rien».

             Je rends grâce à Dieu Notre Père qui m’a envoyé jusqu’ici. Je dis grande merci à Dieu qui me donne tout dans cette maison des Mère et des Sœurs, aujourd’hui et les jours qui seront venues.

 Soeur Marie Aurore NTIBASHIRINZIGO

  hermana Marie Aurora:

Soy la hermana Marie Aurore NTIBASHIRINZIGO de las Hermanas Adoratrices de la Santísima Trinidad, de la parroquia de Buhoro , Archidiócesis de Gitega (Burundi), en el centro del corazón de África.

Tengo 38 años.

Ahora vivo aquí, en el monasterio cisterciense de Villamayor de Burgos (España), desde el 19 de septiembre de 2013, junto a la Hermana Mary Fides Ndayisenga.

Ambas compartimos la misma vida religiosa. Voy a experimentar y a profundizar en la vida cisterciense de estas hermanas durnate 4 años. Después regresaré a mi país, Burundi, con mi compañera.

 Hasta ahora me admiro de hasta qué punto la comunidad me ha acogido con amor, verdaderamente fraterno.

Hay hermanas mayores, siempre felices, incluso si están enfermas. Y las más jóvenes poseen la misma dicha.Todas trabajan con alegría, con caridad fraterna. La abadesa de la comunidad parece la más joven y alegre de la comunidad.

 También me gusta el horario comunitario. Así que estoy como el niño pequeño de la familia.

Estoy feliz, estoy contenta ...

 Pero reconozco que hace mucho más frío que en mi país. Aunque eso no me molesta, porque aquí es invierno y entiendo que eso sea así. Vivo como si estuviera en mi comunidad. Por ello deseo vivir como el resto de mis hermanas y la madre abadesa de esta comunidad. Para que cuando yo regrese a mi comunidad de Burundi continúe la vida fraterna como la viven en Villamayor .

Con la gracia de Dios voy a encontrar lo que deseo.

"Sin el Señor, no puedo nada".

 Doy gracias a Dios Nuestro Padre, que me envió aquí. Deseo expresar un gran agradecimiento a Dios, que me da todo en la casa de esta madre y estas hermanas, hoy y por los días que le seguirán.

Sor Marie Aurore NTIBASHIRINZIGO

 

 

Hermana Fides:

Mes premiers jours dans la Communauté des Sœurs Cisterciennes  de «Villamayor», avec mes Parents et Sœurs dans la foi.

 Arrivée à Madrid, j’ai été accueillie par la Sainte Famille que j’aime beaucoup, visiblement représentée par la Mère Abbesse Sœur Rocío et l’ Abbé Aumônier; qui m’accompagnent spirituellement, corporellement et matériellement jusqu’aujourd’hui.

 Arrivée dans la Communauté, je me suis sentie et vue au Ciel. «Dans le cœur de l’Eglise ma Mère, je serai l’amour»et « Au Ciel je continuerai à faire le bien sur la terre». (Sainte Thérèse de l’Enfant Jésus). Ce n’est que ça qui se fasse dans notre Communauté. Malgré la clôture, c’est sûr que le salut de Dieu parvient à toutes les nations disponibles et soifs de l’accueillir. L’amour que cette Communauté me porte, me montre l’amour de Dieu envers moi et envers les pauvres Burundais. Je sentais déjà cet amour étant encore au Burundi et j’exultais de joie dans mon cœur en silence.
En voyant nos grandes Sœurs âgées qui se donnent corps et âmes, et qui témoignent que Dieu est toujours vivant; j’ai la joie de mettre mes pas dans les leurs, car je vois qu’en suivant cette vie monastique, je ne suis pas le vent, mais les témoins fidèles et vivantes. Leur vie est l’Evangile ouverte que je suis appelée à mettre en pratique. Elles sont différentes les unes des autres, mais grâce à la vie cénobitique, elles sont une, elles ont le même combat, la même persévérance, la même patience et la prière. Leur vie est la vie des réconciliés. Elles mènent le même combat et cheminent ensemble pour atteindre la vie céleste réelle. Mais elles la vivent déjà dans ce monastère dans la foi, l’amour et l’espérance.   

 «Comme je vous ai aimés, aimez-vous les uns les autres!»(Jn 13,34). J’aimerai répondre à cette appelle du Seigneur, en répondant l’amour par amour dans cette Communauté aujourd’hui. Croyant que le salut parvient à ma patrie déchirée par la guerre, l’injustice, la violence et au monde entier.

 Sœur Fides

 Hermana Fides:
Mis primeros días en la Comunidad de las Hermanas del Cister "Villamayor", con mis padres y hermanas en la fe.

 

A mi llegada a Madrid, fui recibida por la Sagrada Familia, que me encanta, obviamente, representada por la Madre Abadesa, Sor Rocío y el padre capellán, quienes me están acompañando espiritualmente, físicamente y materialmente hasta el día.

 

 Al llegar a la Comunidad, me sentí y me vi en el cielo.

 

"En el corazón de la Iglesia, mi Madre, yo seré el amor" y "En el cielo voy a seguir haciendo el bien a la tierra" (Santa Teresa del Niño Jesús).
Esta es la única cosa que se hace en nuestra comunidad.

 

 A pesar de la clausura, estoy cierta de que la salvación de Dios llega a todas las naciones disponibles y sedientas de acogerle. El amor que esta comunidad me ofrece, me muestra el amor de Dios para conmigo y para los pobres de Burundi. Ya sentí este amor estando todavía en Burundi, y me regocijaba de alegría en mi corazón en silencio.

 

Al ver a nuestras hermanas mayores, dándose en cuerpo y alma, me testimonian que Dios todavía está vivo. Soy feliz de poder seguir tras sus huellas, porque veo que el seguimiento en esta vida monástica, no es viento y nada, sino que están siendo testigos vivos y fieles.

 

Su vida es el Evangelio abierto, al que me siento llamada a poner en práctica. Son diferentes entre sí, pero gracias a la vida monástica, son uno. Tienen la misma lucha, la misma perseverancia, la misma paciencia y oración. Su vida es la vida de los reconciliados. Están peleando la misma lucha y caminan juntas para lograr una verdadera vida celestial. Pero ya la viven en el monasterio en la fe , el amor y la esperanza.

 

"Como yo os he amado, amaos los unos a los otros" ( Jn 13,34) .

 

Me gustaría responder a esta llamada del Señor, respondiendo amor por amor en esta comunidad hoy. Creer que la salvación viene a mi país desgarrado por la guerra, la injusticia, la violencia y también al mundo entero.

 

 Hermana Mary Fides Ndayisenga

 




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