Monasterio Cisterciense Santa María la Real de Villamayor de los Montes -Burgos, España-
Vida Cisterciense
Publicado el martes, 28 de abril de 2020
Autor La Comunidad
Posando junto al Cirio en la mañana del Domingo de Resurrección
Feliz cincuentena Pascual
Cantamos la mañana de Pascua y durante la Octava de Pascua (Cántico del Libro de Daniel)
El icono de la Resurrección condensa muy bien este momento del diálogo entre Jesucristo y Adán.Jesús desciende a los abismos, y tras sondearlos, agarra con fuerza a la humanidad, personificada por Adán. De un tirón, tal como cantamos, nos arranca del abismo que es la muerte y la esclavitud del pecado,
«Yo te coloco no ya en el paraíso, sino en el trono celeste…. Yo que soy la vida y estoy unido a ti. Coloqué un querubín que fielmente te vigilará; ahora te concedo que el querubín, reconociendo tu dignidad, te sirva.» (de una homilía antigua)
ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA
Cabe mayor dignidad que aquella a la que
EL SEÑOR JESUCRISTO NOS REMONTA.
Ninguna Pascua es igual. Este año, como todos vosotros, la vivimos en estricto confinamiento. Y aunque seamos monjas de clausura, también notamos el aislamiento. Entre otras cosas, no pudieron estar presentes familiares y amigos, cuando el pasado 15 de Abril, enterramos a una de nuestras hermanas.
El martes de la Octava de Pascua, Madre Encarnación vivió su 'pascua' particular. Una hermana más que se dirige a la casa del Padre.
El resto seguimos construyendo el Reino en el día a día que Dios nos regala. Aunque la elaboración de dulces se ha visto afectada por el parón que sufre el comercio, nos vemos aliviadas por el creciente interés que viven nuestros productos, adquiridos en nuestra tienda online.
¡¡¡La gente se está portanto MUY BIEN!!!Desde estas líneas os lo agradecemos
de todo corazón.
Por otro lado, trabajo no falta, pues desde comienzos de primavera,
el trabajo en la huerta y los jardines se acumula.
Además este año es de lluvias, si Dios quiere será muy fecundo en frutos de toda especie:
almendras, nueces, manzanas, membrillos, lechugas,...
Ahora sólo falta que no nos sorprenda alguna helada fuera de tiempo,
alguna granizada, o plaga de pulgón, que esto es Burgos y todo es posible.
Como deciamos antes: Lo que Dios quiera.
Os queremos desear la Paz del Resucitado, que no es cualquier paz.
Es la bendición de Dios, derramada sobre aquellos
en quienes invocamos al Señor, que permanece y
os acompaña siempre que la acojais con fe.
Compartimos un pequeño número de fotos al pie de página, con nuestros mejores deseos pascuales.
« Fallece nuestra querida Encarnación SEGUIMOS EN CAMINO¡¡¡ »
Monasterio Cisterciense
Santa María la Real