Monasterio Cisterciense Santa María la Real de Villamayor de los Montes -Burgos, España-

monasterio

VISITA NUESTRO CLAUSTRO E IGLESIA

Una hermana guía la visita
Fin de semana y festivos de 11:00h a 13:00h y de 16:15h a 17:45h

Entre semana acompañamos grupos

con cita previa llamando al 947189001



SAN BENITO

NUESTRA HERMANA PRESENTACIÓN OS CUENTA ALGO DE NUESTRO PADRE

FOTO

Hablemos de un monje lejano en ¡siglos!, ni más ni menos que del siglo VI, pero cercano en el espíritu. A día de hoy sigue siendo un referente vital para nuestra búsqueda de Dios, en el apartamiento monástico... SAN BENITO DE NURSIA.

                                                                                        (Para comenzar: Un poco de historia)

  La principal fuente que tenemos para conocer la vida de nuestro Padre San Benito es el libro de los "Diálogos" de San Gregorio Magno.

   Nace muy probablemente hacia el año 480 en la región de Nursia, al norte de Italia, en una época difícil de decadencia, de disgregación y confusión en plenas invasiones bárbaras. El carácter del Santo conservará siempre el cuño de su origen: la robustez y la austeridad, ya que Nursia está en un lugar montañoso de inviernos muy crudos. Vino al mundo en una familia distinguida, tenía una hermana llamada Escolástica consagrada al Señor desde su infancia. Cuando contaba alrededor de 15 años (a.495) fue a estudiar a Roma.

    Benito quedó sin duda impresionado por Roma en la que aún seguían en pie los grandes monumentos y las grandes basílicas y sepulcros cristianos, pero pronto también comprobó el ambiente inmoral y poco edificante que le rodeaba.  Sin terminar los estudios decidió romper con todo (familia, país, vida fácil, y marchó a la búsqueda de Dios -a.498,  abandonó Roma con su nodriza que no quiso separarse de él y se dirigieron a Effide a 30 Km. de Roma; es probable que allí se uniese a un grupo de ascetas; después del milagro del cedazo, huyó a escondidas de su nodriza, esta vez solo, se dirigió a Subiaco (a.500 ) donde vivió en una gruta. Fue formado en los principios de la vida monástica por un monje llamado Román del monasterio del abad Adeodato, que le impuso el hábito monástico. Aquí vivió Benito 3 años totalmente oculto y entregado a las más duras prácticas ascéticas, hasta que fue descubierto por unos pastores su fama se extendió por toda la comarca.

                         LA SANTA REGLA: El prestigio universal de San Benito se debe a su Regla

   Fue escrita entre los años 530-560. San Benito se dirige a monjes cenobitas y tiene en cuenta los diversos lugares en que pueden estar los monasterios, al hacer por ejemplo referencia al clima. Entre sus fuentes ocupa un lugar primordial la Sagrada Escritura y junto a ella toda la tradición monástica de la que supo aprovechar el inmenso tesoro de doctrina. Otras fuentes importantes de San Benito son: la Regla del Maestro, las Reglas de San Pacomio, San Basilio, San Cesáreo de Arlés y las obras de Casiano, pero sobre todo es en San Agustín donde más se inspiró. Gran mérito de San Benito fue el saber reunir dos corrientes cenobíticas: una más individual que venía de Egipto a través de Casiano y del Maestro y otra más comunitaria que venía de San Agustín.

   La Regla que consta de un Prólogo y 73 capítulos, no fue escrita toda de una vez; la primera redacción terminaría en el capítulo 66; posteriormente otras normas vinieron a   completarla y aunque no haya un plan bien definido entre sus capítulos, cabe distinguir un cierto orden.

   El gran mérito de nuestro Padre San Benito es el haber proporcionado a Occidente un código completo, preciso y razonado, que fija al mismo tiempo los elementos fundamentales de la vida monástica y excluye toda vacilación importante y toda arbitrariedad.   

                                                                                 (Hasta aquí, historia, continuaremos en otra ocasión)

PRÓLOGO DE LA S. REGLA.ESCUCHA HIJO”…(1ª frase del Pró.)

Ya que en otros momentos insinué algo sobre la “escucha = (obsculta): primera palabra  del Prólogo,  me parece oportuno continuar buceando en esta línea. S. Benito no lo ha comenzado así al azar, sino conscientemente.

El Prologo de la S. Regla es “uno de los documentos más valiosos  y bellos que nos ha legado el monacato antiguo(Dom Colombás)

 Tiene  una variedad y riqueza de casi 30 grupos de palabras (que yo sepa) que solas, o acompañadas de sus sinónimas,  nos vienen a decir una sola: ESCUCHA Podemos agrupar algunas:        (Comienzo con tres, número simbólico que  nos recuerda a la Stm. Trinidad)

1ª- Palabras que significan oír,  escuchar: 10

2ª- Palabras que significan realizar, poner por obra, hacer algo, correr: 20

3ª- Palabras que significan docilidad, obediencia,  sumisión, agilidad: 11

El lenguaje más habitual de toda persona es la palabra, aunque también hay otra forma de expresarse; los gestos corporales: las manos, el rostro, la música, el baile…, pero la palabra es el medio más normal y privilegiado de  la comunicación, oral o escrita.

 La palabra (obsculta), no la volvemos a encontrar en el Prólogo, pero sí su sinónima, audire-que significa oír-. ¿A quien y qué tenemos que oír,  o escuchar? ¿Quién habla, y qué dice? En la primera, lo que hay que escuchar so las enseñanzas  del  Maestro; Pero en las  9 restantes es la PALABRA DE DIOS, su voz divina, transmitida a través de las Escrituras. San Benito conoce, ama y valora la Biblia, su alimento cotidiano. Sus citas continuas nos lo demuestran.

   Escuchar con atención. El verbo obscultare, deriva de la palabra española-auscultar-supone una atención profunda:=Aplicar el oído para  explorar los sonidos y ruidos en las cavidades del pecho y vientre. Un médico que ausculta a un paciente, pone toda su atención en el oído para tratar de detectar los más leves síntomas de cualquier enfermedad; sabe que de su escucha depende la vida del paciente.”Habla. Señor, que tu siervo escucha

Tres  Aptitudes importantes para que se dé una escucha adecuada:

 1ª –Hacer silencio. Si de veras deseamos vivir  atentas a la voz de DIOS, necesitamos silencio. El ruido y las prisas, no son buenas consejeras para escuchar, ni a Dios, ni a los hermanos. El silencio nos predispone a la acogida y receptividad.
  2ª-Prestar atención: Solo  quien presta atención es capaz de descubrir a Dios en la naturaleza: las flore, los árboles, las piedras, el mar, etc.  muy especialmente en la sonrisa, clamor y esperanza de nuestros hermanos los hombres; sobretodo y en grado sumo en la Sda. Escritura y en su misma PALABRA=CRISTO VIVO. 3ª – Estar Siempre disponible: Silencio, atención, escucha receptiva y disponible, es lo mismo que abrir el corazón y el oído interior depar en par. En el v.9 nos invita S. Benito a escuchar con atención, pero, además maravillados, como si fuera la primera vez que oímos la voz de Dios; una voz dulce, como nos dice en el v.19. La voz de Dios está siempre llena de amor y bondad.

                  En la historia de la salvación, Dios ha hablado a hombres  como nosotros: Abrahán, Isaac, Jacob, Isaías…etc. Un Dios mudo, carecería de esta cualidad tan bella que nos ha dado a los hombres. Nuestro Dios es un Dios cercano, dialogante, sorprendente. El v.9, todo él  es una referencia a Dios:

Como nos dice muchas veces la M. abadesa” La vida monástica es de largo alcance” aunque esto no acaba aquí,  ponemos punto final.

Sor Presentación- Villamayor



« SANTA GERTRUDIS LA MAGNA- 4ª PARTE SAN BERNARDO- SERMÓN 74 »

Monasterio Cisterciense
Santa María la Real


09339 Villamayor de los Montes
Burgos - España
Telf. 947 18 90 01
info@monasteriodevillamayor.com
Recibe nuestro newsletter